Las líneas narradas al oído buscan recuperar a quienes no tienen tiempo o capacidad de atención para la palabra escrita. El 50% de los consumidores de audiolibros no había leído ningún libro en los últimos 12 meses.
La literatura se reinventa en sonido para detener la sangría de lectores en la era de la multitarea.
El audiolibro se presenta no ya como alternativa a la letra impresa, sino como complemento para la agitada vida moderna, en la que eso de centrar la atención en una única actividad sin atender al mundanal ruido es un lujo casi inconcebible, máxime para las nuevas generaciones criadas en la constante multitarea.
Lo confirman los datos: el 48% de los audiolectores tiene menos de 35 años y el 52% de las escuchas se realizan in itinere, en el transporte público o en el coche camino al trabajo.
"La idea es una traslación del texto al audio de una manera amena, como si alguien te lo estuviera leyendo al oído por las noches".
Para leer el artículo entero de Sara Polo (EL MUNDO, 2019/08/21), pincha aquí
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