¿Qué esperamos del nuevo año?
Desde la BiblioNa valoramos muy positivamente todo el esfuerzo que se ha hecho este 2021 para ofrecer propuestas bibliotecarias de interés a pesar de la pandemia, y el trabajo desempeñado por las bibliotecarias y los bibliotecarios de nuestra Comunidad. Despedimos con honores a much@s profesionales que se han visto obligad@s a dejar sus puestos de trabajo después de muchos años de dedicación, para dar paso a gente nueva con mejor puntuación en las recientes oposiciones. Tal vez ha faltado un reconocimiento más explícito por parte del mundo bibliotecario hacia tod@s ell@s.
Respecto a 2022, sinceramente no esperamos grandes cambios. Porque la inercia es algo que funciona, que precisa de poco esfuerzo y que nos encanta a tod@s. Desde luego, los cambios nunca se producen por inercia; hace falta un palo en la rueda o una buena piedra en el camino para que se produzca un resultado distinto. Entonces, puestas a soñar...
Un buen palo podría hacer que un día las bibliotecas no abrieran "o por la mañana o por la tarde", según la temporada del año, sino que estuvieran abiertas siempre "mañana y tarde". (Si abrieran también los sábados por la mañana, hasta pareceríamos un país europeo). Y much@s usuari@s daríamos palmas de contento...
Otro palo en la rueda podría conseguir equiparar los servicios bibliotecarios de las zonas rurales a los de las zonas urbanas, con personal que cubriera bajas y vacaciones... y así no hubiera que cerrar temporalmente bibliotecas cada dos por tres.
Otro palito invertiría en la creación de una buena Red de Bibliobuses que garantizara que el servicio bibliotecario llega al más recóndito rincón de Navarra.
Una rama cruzada en medio de la calzada podría hacer que las bibliotecas se pararan un momento a escuchar el lenguaje de l@s adolescentes y les preguntaran qué quieren, qué necesitan, qué espacios pueden crear para ell@s
Unas cuantas piedras colocadas estratégicamente desviarían el foco de las mayorías para ponerlo en las grandes minorías: gente con capacidades diferentes, migrantes, excluíd@s sociales, gente mayor... comunidades a las que todas y cada una de las bibliotecas tienen mucho que aportar.
Y finalmente, se necesitaría una roca del tamaño de un edificio de cinco plantas para crear, prácticamente de la nada, una biblioteca de calidad en cada una de las Escuelas de primaria e Institutos públicos de Navarra. Las bibliotecas públicas podrían ser sus tutoras y guiar en sus primeros pasos a estas recién nacidas.
La BiblioNa se despide pues, esperando con ilusión una lluvia de piedras y palos que promueva todos estos cambios.
¡Nos seguimos viendo en las bibliotecas!
¡¡¡ FELIZ 2022 !!!
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