Listo el primer Traductor de lenguas paleohispánicas

Lámina de plomo escrita en íbero hallada en Tivissa (Tarragona).
Lámina de plomo escrita en íbero hallada en Tivissa (Tarragona)
Ahora, una potente base de datos (hesperia.ucm.es) pone a disposición de los interesados todo lo que los lingüistas han desentrañado de los idiomas tartésico, celtibérico, íbero y protovasco (conocidos como lenguas paleohispánicas). Y es que este traductor informático está a punto de ser acabado tras 20 años de trabajo (lo inició el recientemente fallecido Javier de la Hoz), lo que permitirá acercarse a la interpretación de los más de 3.000 textos existentes. Incluye fotografías de las inscripciones y las coordenadas de su ubicación.
Se han hallado unas 2.300 inscripciones, entre ellas en 1923 el llamado Arquitrabe de Sagunto, un bloque paralelepípedo quebrado por su centro e incompleto. Tiene dos líneas, la primera en latín y la inferior en íbero.
Arquitrabe de Sagunto, considerado la piedra Rosseta del íbero.
Arquitrabe de Sagunto, considerado la piedra Rosseta del íbero
Un elemento unía a los idiomas que se hablaban en España entre los siglos VIII y II antes de Cristo: todos utilizaban sistemas de escritura emparentados aunque entre ellos no se entendiesen. No se trataba propiamente de un alfabeto, sino un sistema que los especialistas denominan de semisilabarios. A grandes rasgos, sería una mezcla de alfabeto (con vocales y consonantes), además de un listado de sílabas oclusivas labiales, dentales y velares.
Igualmente, se han detectado otros dos idiomas más con el mismo alfabeto en la Península (la Lengua Lusitana con solo seis inscripciones sobre roca) y el protovasco, al que tal vez corresponden unos pocos textos escritos en una variante del signario ibérico. Casi todo se puede pronunciar, pero poco traducir. 
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Texto de Vicente G. Olaya y fotos de Javier Velaza

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