domingo, 18 de octubre de 2020

OLGA NOVO, Premio Nacional de Poesía

El jurado del Premio Nacional de Poesía ha seleccionado la obra Feliz Idade de Olga Novo, una poeta nacida hace 45 años en la aldea de Vilarmao, en A Pobra do Brollón (Lugo), y que publicó su primer poemario con apenas 21. Novo es doctora en Filología Gallega por la Universidad de Santiago de Compostela.

El fallo destaca que se trata de un “relato vitalista que celebra el amor y la existencia más allá del tiempo”. “El libro es una criatura viva que relaciona la maternidad y la muerte con una profunda presencia crítica de la memoria histórica.”

"La voz poética de Olga Novo, inconfundible y de gran potencia, conjuga autenticidad y verdad, y se distingue por su lenguaje visionario que trae a la contemporaneidad el eco ancestral de toda una tradición literaria".

Feliz Idade es un poemario atravesado por la maternidad y la muerte de su padre. Fue escrito a lo largo de siete años, un tiempo en el que Novo guardó silencio editorial —su último libro había sido Cráter, con el que ganó el Premio de la Crítica Española en 2011— pero afrontó una carga emocional “brutal”. Nació Lúa, su hija, y su padre enfermó de Alzhéimer y murió. Novo cuenta que exactamente el mismo día en que la pequeña consiguió bajar las escaleras sola, el abuelo de ella dejó de hacerlo. Ambos llegaron a jugar juntos y la poeta descubrió que “la felicidad son esos instantes”.

https://elpais.com/cultura/2020-10-15

"Me he criado en medio de rebaños de vacas y ovejas que dormían su sueño azul en una cuadra justo debajo de mi habitación: me dormía con su calor y sus bramidos. He tirado de un becerro como de un poema cuando se le ven las patas. Mi poesía, en este aspecto, es poco ‘imaginativa’, es más bien un realismo expresado desde el irracionalismo."  

                          Olga Novo, en una entrevista de Antón Castro

   para https://www.heraldo.es (2020/10/15)        

Voz destacada de la poesía contemporánea en gallego, es autora de una obra entroncada con propuestas radicales surrealistas y libertarias, marcada además por un profundo vitalismo telúrico, el feminismo, la memoria agraria y el erotismo. Así se plasma en la antología 'Los líquidos íntimos' (Cálamo, 2013), donde Olga Novo ha vertido al castellano una parte esencial de su obra, ofrecida además en su lengua original. De sus tres primeros poemarios publicados, 'A teta sobre o sol' (1996), 'Nós nus' (1997, Premio Losada Diéguez de Creación) y 'A cousa vermella' (2004), la crítica ya destacó su gran torrente vivencial y su fuerza expresiva, unidas a una honda y personal sensualidad. Con posterioridad, ha publicado 'Cráter' (2011), Premio de la Crítica española. Asimismo, es autora de dos poemarios en colaboración: 'Magnalia' (2001), con el también poeta Xoán Abeleira y la pintora Alexandra Domínguez; y 'Monocromos' (2006), con el pintor Concetto Pozati. También ha publicado libros de ensayo y colabora con varias publicaciones culturales.


PEQUEÑA SONATA BRUTAL PARA 

ESTRELLA Y TROMPAS DE FALOPIO


Si una diminuta estrella cardíaca gritase dentro de mí

¿alguien podría oírla?

¿A qué frecuencia se produce la concepción?

Un botón de sangre

propulsado a lo más profundo de mi estratosfera.


Donde todas las esperanzas concentran sus sustancias

para irme dilatando hasta el estadio último de la intuición.


Para hacer esto que hago me convierto en un ser feroz

voy a la percusión como quien va al río

amada por un pez rojo que me entra por la boca

y me sale por la cobra de los intestinos.


Me siento como aquella que aún no eres

y se queda asombrada ante la planta salvaje del estrógeno.


Estás prendida fuego

a ti no vino a anunciarte ningún ángel de pan de oro

no

hace días que no duermo de la mente hacia arriba

soy la puta que te ha de parir

un observatorio mundial

estás balanceándote entre hilos de flujo

y dinamita.


Estás tal vez entrando en el bosque de la percusión

para poder latir un día

guía

tu respiración el viento del norte

antes

de que se te formen los pulmones

con hojas de lata y bronce.

Sentada encima de mi páncreas observas las estrellas

te preguntas sobre el sentido de la existencia

piensas en abandonar mi vientre

y me produces contracciones

como si jugases a fabricar un relámpago.


Ah para hacer esto que hago

todas las terminaciones nerviosas se aprietan hasta hacer

un ramo

florezco en medio del invierno como un árbol ácrata

crezco hacia arriba hasta llegar a la raíz de algo desconocido

y ahí ya solo puedo entenderme con un pájaro o con una

piedra

te estoy mirando por dentro

como se miran las borrascas y los augurios

para hacer esto que hago

ardo en la tierra

escribo o tengo espasmos

mis glándulas explotan

como astros que murieron hace mil años.

nadie te puede tocar

pero tú te revientas fácilmente una rima con un fórcex

cantas el silencio como un tenor hambriento

tienes el poder de la palabra que nunca fue pronunciada

tocas con el espacio donde tendrás los dedos de la verdad

sutil del aire

arrancas mi energía como la losa de una cantera

y me entregas al sueño como si fuese un don de todo lo

que no se ve.


No veo pasar las horas y tú te haces crecer como el

fermento de la luz

ahora sé que lo mínimo es el exceso

que me dominan furias que desconozco

que el equinoccio de mi cerebro está

en equilibrio con el eje imaginario de la tierra

nadie te puede tocar

giras entre la belleza del metano

y la conmoción de entrever por vez primera

una cereza.


Agárrate

agárrate a mis entrañas

con tus uñas inexistentes

voy y vengo

del silencio a la droga dura

agárrate a mi montaña sin miedo

baja a la noche de la mujer madura.


Concíbete

succióname la energía

pon a funcionar tu trocito de corazón

anda ven

veme tragando barro entre una estrella

y un dios que sopla en las trompas de falopio.


Ando comunicada conmigo misma

a través de claves de alta tensión

que cruzan mi vientre entre ciervos celestes

y tengo la lleva que abre toda noche cerrada.


Aún no eres un embrión

eres solo un poema que me hace vomitar

sobre la hierba una piedra preciosa.


Todavía no eres ni siquiera la palabra que puede nombrarte.

Nadie puede tocarte

nadie sabe que floras en el sueño de Gaston Bachelard

que tu mínimo poder puede tumbar a un ejército

y de hecho lo hace

lo hace

sin dudar.


Me das hambre

me irritas las espinas florecen los hongos

las caries excavan minas en mis encías y tú

entre cuarenta alcoholes bailas tu danza inocente

vienes de donde ni sabes

o sabes ni de dónde vienes.

 

Explotan tres mil luces en mi pensamiento que solo es

carne

que solo es carne que sola y carne.


Hablo con el reverso del paladar la esencia del lenguaje

no necesito más

para arderte dentro

anda el rocío regándote como la extrema flor epidural.


Tengo los tímpanos agujereados para escucharte

sabemos calcular la velocidad de la luz

pero ¿cuál es la velocidad de la sombra

a la que vienes

sin hacer ruido siquiera

a este entramado de tendones y cuerdas de guitarra?


 Te espero en la escalera infinita del caracol del oído

en el castro de la alucinación

al final de mi feliz edad

en la lluvia que cae sobre cada mente en paz

voy a amanecer al campo contigo dentro

entenderme con cada bestia con solo un movimiento del

raciocinio

esa rueda astral que arrastra carromatos a mi destino.


Te espero sentada sobre la piedra que no funda ningún

estado

bajo la que el grillo se protege de la lluvia y el escarabajo

del sol

agárrate a mis entrañas

con tus uñas inexistentes

que voy y vengo

del silencio a la droga dura

agárrate a mi montaña

y baja sin miedo baja

a la noche de la mujer madura.


del poemario 'Los líquidos íntimos' (Cálamo, 2013)

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