El jurado del Premio Nacional de Poesía ha seleccionado la obra Feliz Idade de Olga Novo, una poeta nacida hace 45 años en la aldea de Vilarmao, en A Pobra do Brollón (Lugo), y que publicó su primer poemario con apenas 21. Novo es doctora en Filología Gallega por la Universidad de Santiago de Compostela.
El fallo destaca que se trata de un “relato vitalista que celebra el amor y la existencia más allá del tiempo”. “El libro es una criatura viva que relaciona la maternidad y la muerte con una profunda presencia crítica de la memoria histórica.”
"La voz poética de Olga Novo, inconfundible y de gran potencia, conjuga autenticidad y verdad, y se distingue por su lenguaje visionario que trae a la contemporaneidad el eco ancestral de toda una tradición literaria".
Feliz Idade es un poemario atravesado por la maternidad y la muerte de su padre. Fue escrito a lo largo de siete años, un tiempo en el que Novo guardó silencio editorial —su último libro había sido Cráter, con el que ganó el Premio de la Crítica Española en 2011— pero afrontó una carga emocional “brutal”. Nació Lúa, su hija, y su padre enfermó de Alzhéimer y murió. Novo cuenta que exactamente el mismo día en que la pequeña consiguió bajar las escaleras sola, el abuelo de ella dejó de hacerlo. Ambos llegaron a jugar juntos y la poeta descubrió que “la felicidad son esos instantes”.
https://elpais.com/cultura/2020-10-15
"Me he criado en medio de rebaños de vacas y ovejas que dormían su sueño azul en una cuadra justo debajo de mi habitación: me dormía con su calor y sus bramidos. He tirado de un becerro como de un poema cuando se le ven las patas. Mi poesía, en este aspecto, es poco ‘imaginativa’, es más bien un realismo expresado desde el irracionalismo."
Olga Novo, en una entrevista de Antón Castro
para https://www.heraldo.es (2020/10/15)
PEQUEÑA SONATA BRUTAL PARA
ESTRELLA Y TROMPAS DE FALOPIO
Si una diminuta estrella cardíaca gritase dentro de mí
¿alguien podría oírla?
¿A qué frecuencia se produce la concepción?
Un botón de sangre
propulsado a lo más profundo de mi estratosfera.
Donde todas las esperanzas concentran sus sustancias
para irme dilatando hasta el estadio último de la intuición.
Para hacer esto que hago me convierto en un ser feroz
voy a la percusión como quien va al río
amada por un pez rojo que me entra por la boca
y me sale por la cobra de los intestinos.
Me siento como aquella que aún no eres
y se queda asombrada ante la planta salvaje del estrógeno.
Estás prendida fuego
a ti no vino a anunciarte ningún ángel de pan de oro
no
hace días que no duermo de la mente hacia arriba
soy la puta que te ha de parir
un observatorio mundial
estás balanceándote entre hilos de flujo
y dinamita.
Estás tal vez entrando en el bosque de la percusión
para poder latir un día
guía
tu respiración el viento del norte
antes
de que se te formen los pulmones
con hojas de lata y bronce.
Sentada encima de mi páncreas observas las estrellas
te preguntas sobre el sentido de la existencia
piensas en abandonar mi vientre
y me produces contracciones
como si jugases a fabricar un relámpago.
Ah para hacer esto que hago
todas las terminaciones nerviosas se aprietan hasta hacer
un ramo
florezco en medio del invierno como un árbol ácrata
crezco hacia arriba hasta llegar a la raíz de algo desconocido
y ahí ya solo puedo entenderme con un pájaro o con una
piedra
te estoy mirando por dentro
como se miran las borrascas y los augurios
para hacer esto que hago
ardo en la tierra
escribo o tengo espasmos
mis glándulas explotan
como astros que murieron hace mil años.
nadie te puede tocar
pero tú te revientas fácilmente una rima con un fórcex
cantas el silencio como un tenor hambriento
tienes el poder de la palabra que nunca fue pronunciada
tocas con el espacio donde tendrás los dedos de la verdad
sutil del aire
arrancas mi energía como la losa de una cantera
y me entregas al sueño como si fuese un don de todo lo
que no se ve.
No veo pasar las horas y tú te haces crecer como el
fermento de la luz
ahora sé que lo mínimo es el exceso
que me dominan furias que desconozco
que el equinoccio de mi cerebro está
en equilibrio con el eje imaginario de la tierra
nadie te puede tocar
giras entre la belleza del metano
y la conmoción de entrever por vez primera
una cereza.
Agárrate
agárrate a mis entrañas
con tus uñas inexistentes
voy y vengo
del silencio a la droga dura
agárrate a mi montaña sin miedo
baja a la noche de la mujer madura.
Concíbete
succióname la energía
pon a funcionar tu trocito de corazón
anda ven
veme tragando barro entre una estrella
y un dios que sopla en las trompas de falopio.
Ando comunicada conmigo misma
a través de claves de alta tensión
que cruzan mi vientre entre ciervos celestes
y tengo la lleva que abre toda noche cerrada.
Aún no eres un embrión
eres solo un poema que me hace vomitar
sobre la hierba una piedra preciosa.
Todavía no eres ni siquiera la palabra que puede nombrarte.
Nadie puede tocarte
nadie sabe que floras en el sueño de Gaston Bachelard
que tu mínimo poder puede tumbar a un ejército
y de hecho lo hace
lo hace
sin dudar.
Me das hambre
me irritas las espinas florecen los hongos
las caries excavan minas en mis encías y tú
entre cuarenta alcoholes bailas tu danza inocente
vienes de donde ni sabes
o sabes ni de dónde vienes.
Explotan tres mil luces en mi pensamiento que solo es
carne
que solo es carne que sola y carne.
Hablo con el reverso del paladar la esencia del lenguaje
no necesito más
para arderte dentro
anda el rocío regándote como la extrema flor epidural.
Tengo los tímpanos agujereados para escucharte
sabemos calcular la velocidad de la luz
pero ¿cuál es la velocidad de la sombra
a la que vienes
sin hacer ruido siquiera
a este entramado de tendones y cuerdas de guitarra?
Te espero en la escalera infinita del caracol del oído
en el castro de la alucinación
al final de mi feliz edad
en la lluvia que cae sobre cada mente en paz
voy a amanecer al campo contigo dentro
entenderme con cada bestia con solo un movimiento del
raciocinio
esa rueda astral que arrastra carromatos a mi destino.
Te espero sentada sobre la piedra que no funda ningún
estado
bajo la que el grillo se protege de la lluvia y el escarabajo
del sol
agárrate a mis entrañas
con tus uñas inexistentes
que voy y vengo
del silencio a la droga dura
agárrate a mi montaña
y baja sin miedo baja
a la noche de la mujer madura.
del poemario 'Los líquidos íntimos' (Cálamo, 2013)
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