"El maestro Kapu era un polaco pícaro y toquete, orgulloso y modesto, mirón inteligente, escritor impetuoso y cuidadoso, refunfuñón, atento, que admiro y a quien agradezco, sobre todo, que consiguió que millones de personas en todo el mundo supusieran que lo que hace un periodista –un periodista en serio, un buen periodista– puede ser gran literatura."
"El maestro es un clásico del periodismo moderno: nadie como él para alejarse de lo pasajero de la actualidad y dejar condensado en un relato una época, un lugar. Nadie como él para mirar y ver. John Le Carré dijo alguna vez que Kapuściński era “el enviado especial de Dios” y supongo que debe ser un elogio. Ha publicado unos veinte libros y le brillan los ojitos cuando me dice que ha sido traducido a treinta y dos idiomas y que algunos de esos libros tienen letras tan extrañas que sabe que son suyos por la foto."
"–Yo creo que la pobreza no es una fuerza revolucionaria: es una situación que convierte al hombre en un ser muy pasivo. La pobreza no es sólo material: es también social y psicológica. El pobre no lucha, porque para luchar por algo se necesita poder imaginarse un objetivo, un futuro mejor. Y el que tiene hambre no tiene tiempo ni ánimo para imaginar nada que no sea cómo pasar el día de hoy, de dónde sacar la próxima comida. Por eso esa gente no es capaz de organizarse, de luchar." R.K.
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