Will Self• Crédits : Patrice Normand |
De padre inglés y madre estadounidense, Will Self creció en el Gran Londres. Desde muy joven, decidió escribir. De adolescente, inmerso en la contracultura en la que la creación y las drogas iban de la mano, su mundo de fantasía se vio exacerbado por el consumo de todo tipo de sustancias.
"La obsesión por la escritura y la literatura llegó a mi vida al mismo tiempo que la obsesión por las drogas. Tanto si se trata de literatura como de drogas, en inglés decimos que es "an opening". Así que tomar drogas fue una entrada en la literatura. Y la literatura era también, en la otra dirección, una entrada o una oportunidad para acceder a las drogas."
Pero con la adicción -a la heroína en particular- la posibilidad de escribir se volvió remota. A continuación realiza varias curas de desintoxicación y estudia filosofía, política y economía. En 1991 publicó su primera obra: "La teoría cuantitativa de la demencia", una colección de seis relatos cortos traducidos al francés en 2001. Así comenzó su carrera de escritor, que siguió paralelamente a la de periodista, tanto para la prensa escrita como para la televisión británica.
En "Will", Will Self repasa su juventud marcada por su deseo de escribir y su adicción a la heroína. Aunque cree que la droga no le hizo ser creativo, sí le sirvió de revelación y le ayudó a exacerbar su imaginación. Y aunque está convencido de que la literatura tal y como la conocemos morirá pronto, Will Self sigue escribiendo: es su última adicción y su forma de estar en el mundo.
Mundos alternativos
Cada una de sus novelas está concebida como un mundo alternativo, a menudo de pesadilla. A partir de estas realidades alternativas, lanza una mirada feroz y divertida sobre la sociedad y el alma humana, abordando el sexo, las drogas, los trastornos psíquicos y la fragilidad de nuestras construcciones sociales. Con una prosa muy inventiva, y con un estilo satírico y provocador, su capacidad de hiperpercepción le permite hacer externo lo que está dentro.
"Se podrían considerar mis primeros libros como sátiras y el estilo satírico podría remitir a otros reales. Pero esta es la mejor manera de salir de la norma. (...) Hay que lanzarse a una realidad tal y como podría ser: el famoso "what if". (...) Los sueños son importantes. Creo que la conciencia es un ensueño y, citando a Joyce, la vida es un sueño por el que hay que luchar."
En "Cómo viven los muertos" (2001), por ejemplo, cuenta la vida, la muerte y el más allá de Lily Bloom, una sexagenaria amargada e infeliz inspirada en su madre. Mientras que en su trilogía compuesta por Umbrella (2012), Sharks (2014) y Phone (2017, sin traducir) se centra en la mecanización y sus repercusiones en el alma humana, al tiempo que propone una historia alternativa del siglo XX, fuera de un marco de pensamiento cartesiano en el que la historia se guiaría por el progreso.
"Llevo veinte años escribiendo en una oficina y tengo una especie de diario fotográfico. Cubro las paredes con notas post-it porque encuentro que este formato es ideal para capturar y fijar una idea, una palabra, una referencia. Como muchos escritores, tuve que crear mi propia cultura de escritura, mi propio entorno. (...) Fumé tanta marihuana que tuve que ser -en el momento en que se me ocurrió la idea- realmente muy preciso. Es un formato que me viene muy bien, es como un puntillismo literario, todas estas ideas me rodean."
Fragmentos sacados del siguiente enlace de France culture (en francés)
https://www.franceculture.fr/emissions/affaires-culturelles/will-self
Entrevista "Los hombres no lloran", por Martín Schifino, desde Londres: https://www.pagina12.com.ar/2001/suple/Libros/01-03
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