Foto: Efrem Lukatsky |
Pripyat es una pequeña ciudad a 3 km de la central nuclear, fundada en 1970 y abandonada en 1986, a causa de la catástrofe.
Un zorro vaga por la ciudad desierta de Pripyat, Ucrania. Imagen tomada el 22 de diciembre de 2016. Foto: Sergei Chuzavkov |
Contaminación sin fronteras
Del coctel de radionúclidos que se liberó, los más importantes a nivel radiológico fueron los productos de fisión yodo 131, cesio 134 y cesio 137. El primero tiene una vida media corta, de unos ocho días, pero tiene gran impacto radiológico sobre todo en la tiroides. El segundo cuenta con una vida media de 2 años y el ultimo, el cesio 137, tiene la mayor vida media de todos: 30 años. Sin embargo, no fueron los únicos. También se emitieron otros isótopos especialmente duraderos como estroncio 90 o plutonio 239 y 240. Este último con una vida media de 24.100 años.
En 2019, el canal HBO emitió una miniserie en cinco capítulos titulada Chernobyl, reconstruyendo los hechos que se sucedieron desde el momento de la explosión, a través de las acciones de dos personajes históricos, Valeri Legásov y Borís Shcherbina.102
Lluvia radiactiva
A todo se le unió la lluvia radiactiva que se produjo en los siguientes días al accidente. Esto ocurrió, por ejemplo, en la ciudad de Novozybkov, al oeste de Rusia donde el viento intenso y las lluvias produjeron, tres días después, graves enfermedades y problemas en todos sus habitantes no solo en ese momento sino años después.
No serían los únicos, los samis —minoría indígena de Escandinavia— vivirían los efectos de la contaminación radiactiva a largo plazo; trabajadores escoceses atribuirían enfermedades y muertes años después las lluvias contaminadas y, en definitiva, toda parte de Europa expuesta a la radiación y a las lluvias sufriría los efectos de esta precipitación mortal.
https://noticias.eltiempo.es/asi-influyo-la-meteorologia-en-el-accidente-de-chernobil/
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