"Los hombres que se baten en el frente, los hombres y mujeres que trabajan en la retaguardia, saben bien que no sólo defienden su patria y sus hogares, sino que luchan por conquistar lo que nunca tuvieron: el derecho a instruirse y a adquirir una cultura que les permitirá desarrollar su personalidad hasta el límite extremo de sus posibilidades. A pesar de la dureza de las condiciones de guerra, estamos decididos a continuar nuestro trabajo sin descanso. Porque la lucha por la cultura es una de las necesidades más hondamente sentida por nosotros en esta guerra."
- Teresa Andrés en Bibliothèques du front et de l’arrière en Espagne républicaine (1937-1938). Barcelone: Editions Espagnoles, 1938.
A la izquierda, parte de los lotes de Cultura Popular que componían la Biblioteca Circulante de la 11ª División.
"Para las autoridades bibliotecarias republicanas el objetivo era hacer llegar el libro hasta la última trinchera. La 11ª División, también conocida como División Líster, fue una de las divisiones de élite del ejército republicano. Uno de sus campos de batalla fue el frente de Teruel y estaba integrada, en su mayor parte, por campesinos. La tasa de analfabetismo llegaba a 30-35% como media, aunque en el escuadrón de caballería alcanzaba el 75%. El Ministerio de Instrucción Pública va a transmitir a Cultura Popular una petición de 81 bibliotecas con destino a la 11ª División. Las bibliotecas se van a organizar y preparar en una semana. Contenían obras políticas de tendencia Frente Popular, de autores clásicos (Dostoievski, Zola, Hugo, Dickens, Poe, Shakespeare...) y contemporáneos (Machado, García Lorca, Valle Inclán, Galdós, Gorki...), novelas de aventuras (Verne, Salgari...), gramáticas, diccionarios, aritméticas, atlas... (...)"
Sigue esta instructiva y necesaria serie de Ramón Salaberria sobre el papel de las bibliotecas durante la Guerra Civil. Clica aquí
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