Foto: Étienne Carjat (Galerie contemporaine littéraire artistique British Library) |
"(...) Pronto se vio que Charles Baudelaire venía a cantarle al mal, a la noche, al alcohol y las drogas, a la prostitución y al vicio sin que nadie, ni su familia, que quiso enviarlo a Calcuta en un barco mercante; ni el gobierno francés, que lo procesó tras la publicación de Las Flores del Mal; pudiera detenerle. Una personalidad literaria arrolladora, las influencias de aquellos a los que había estudiado en su función de crítico de arte contemporáneo (Edgar Allan Poe, E. T. A. Hoffman o Balzac), y esa imagen de tierno niño malo le colocarían, para siempre, en el frontispicio de la poesía universal. (...)
Por su segundo centenario conviene echar la vista atrás y comprobar qué hubiera sido de la poesía sin Baudelaire. Porque sin Baudelaire no habría, por ejemplo, Rimbaud o Verlaine. No habría, tampoco, Darío ni Juan Ramón. Seguramente algunos autores canónicos, como Eliot o Breton, se habrían quedado en la mitad. Cabe preguntarse qué hubiera sido de La bohème de Giacomo Puccini, del Naturalismo de Emile Zola o de las célebres Luces de Bohemia de Valle-Inclán. Es cierto que no pudo cambiar el mundo, si es que este precepto cursi resulta verosímil, pero sí pudo cambiar la concepción del arte. Como el albatros de su obra, resultaba majestuoso al verlo extender las alas en sus estrofas, tanto como ridículo resultaba al verlo poner las patas en el suelo de la bohemia. (...)"
Carlos Mayoral (https://theobjective.com/elsubjetivo/baudelairianos)
Retratos de Arthur Rimbaud y Charles Baudelaire en el suburbio parisiense de Chanteloup-les-Vignes, donde se rodó la película 'El odio', de Mathieu Kassovitz. (Joel Saget / Getty Images) |
Charles Baudelaire (París, 1821 - 1867), poeta francés considerado como uno de los máximos exponentes del simbolismo y, a menudo, como el iniciador de la poesía moderna
Primera edición de Les fleurs du mal con anotaciones del autor. |
Gustave Bourdin, en la edición de Le Figaro del 5 de julio, lo consideró un libro "lleno de monstruosidades", y once días después la justicia ordenó el secuestro de la edición y el proceso al autor y al editor, quienes el 20 de agosto comparecieron ante la Sala Sexta del Tribunal del Sena bajo el cargo de «ofensas a la moral pública y las buenas costumbres». Sin embargo, ni la orden de suprimir seis de los poemas del volumen ni la multa de trescientos francos que le fue impuesta impidieron la reedición de la obra en 1861.
Estudio en acuarela para 'La amante de Baudelaire', de Édouard Manet. (Kunsthalle Bremen)
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